El Tren Maya es un proyecto que se ha lanzado por la actual administración del gobierno de México con el que pretenden mejorar la calidad de vida de las personas, cuidar el ambiente y detonar el desarrollo sustentable. Este consistirá en 1,500 km de vías que pasaran por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, con 18 estaciones entre ellos, ofreciendo los servicios de transporte para pasajeros locales, turistas y de carga.
Con este proyecto se pretende detonar el flujo económico en el sur de México, dándole la oportunidad al Sistema Ferroviario Mexicano de ser unos de los motores de desarrollo del país. Pero la polémica que ha generado su realización, principalmente por la falta de estudios de impacto ambiental, es un factor que no convence del todo a la población mexicana para que este se lleve a cabo.
Pero hagamos un breve análisis de los pros y contras que involucran al Tren Maya:
Por un lado, el gobierno mexicano planteo este proyecto como impulsor de la economía en los estados del sureste de México, ya que en dichas zonas donde pasara el tren hay 7.3 millones de personas en situación de pobreza, de las cuales el 30% se encuentra en pobreza extrema, por lo que con su construcción se espera lograr un desarrollo en la oferta turística, detonar la economía y sea un generador de empleos.
Con este tren se dice el comercio tendrá mejor distribución, lo que generará lazos entre la sociedad civil, las comunidades, el sector privado y los tres órdenes de gobierno con el fin de mejorar el aspecto social. Por lo que este proyecto, de acuerdo al gobierno de México, ha sido acompañado de uno de los procesos consultivos más complejos de la historia del país, refiriéndose a la consulta indígena, donde se consideró la voz de las comunidades cercanas a la trayectoria planeada, en la cual expusieron: objetivos, estaciones, como funcionaria y como mejoraría la vida de estas comunidades. Para con ello promover la riqueza cultural maya de ese lado del país.
En materia ambiental el proyecto del Tren Maya asegura que controlará el impacto de las obras de infraestructura, que a inicios de la construcción no tuvieron mitigación, a través de gestión, educación ambiental, ordenamiento territorial y coordinación, presumiendo a la fecha llevar los estudios de impacto ambiental conforme a la ley. También dicen, será un nuevo paradigma para las actividades productivas agropecuarias de las regiones en donde este pasara, cuidando de los animales y la vegetación, favoreciendo la conservación de los ecosistemas, subrayando que el tipo de tren a utilizar es unos de los medios de transporte más eficiente y menos contaminante.
Ahora veamos el punto de vista de los expertos en conservación y protección ambiental. Para ellos el Tren Maya podría ser un gran proyecto, como la administración actual de México lo expone, aunque no obstante, se desconoce el impacto social y ambiental que ocasionará sobre ecosistemas de gran importancia biológica, ecológica y cultural como lo es Reserva de la Biósfera de Calakmul.
La preocupación recae en que este ambicioso proyecto no pueda contener los efectos en el medio ambiente, y por tanto, se pierdan los servicios ecosistémicos que la selva nos provee. Uno de ellos es la captación de dióxido de carbono que realiza la densa vegetación de la selva, lo cual es una de las armas más importantes con que contamos para frenar el cambio climático. Pero también la fauna de las selvas contribuye al control natural de plagas y a servicios primordiales para la conservación de la vida como la polinización.
Si estos servicios se pierden se causaría un colapso ecológico; es decir, una situación donde el ecosistema sufre una serie de cambios irreversibles que afectan a gran parte de sus organismos y resulta en una extinción masiva. En nuestro país esto ya ha sucedido, debido a proyectos de desarrollo turístico, como es el caso de Cancún y la Riviera Maya causantes de ecocidios por la destrucción de manglares y arrecifes.
Con el tren maya se espera que de los casi 17 millones de turistas que llegan al año a Cancún, unos 3 millones de estos visiten Calakmul, lo que causaría la urbanización de las últimas reservas de cubierta vegetal tropical de México, nuevas ciudades, desplazamiento de los pobladores originales, uso intensivo de agua y suelo, además de cambios radicales en la temperatura y en los ciclos de la lluvia.
En conclusión aunque el Tren Maya podría ser una buena estrategia para el desarrollo del país, también puede ser una de las peores catástrofes ambientales, usualmente las promesas del desarrollo sostenible han sucumbido ante la constante presión de expandir la oferta turística. Se requiere un análisis exhaustivo del impacto ambiental, social y económico que causaría, y modificar su ruta de ser necesario.
En UKAM creemos que este tema es de vital importancia para todo el territorio mexicano y como ciudadanos es nuestro deber informarnos adecuadamente e involucrarnos en la toma de decisiones. Comparte este post con tus familiares y amigos para que estén mejor informados respecto al tema, y en base a ello, exijan a nuestras autoridades lo que es mejor para nuestro desarrollo personal, como sociedad, cultural y ambiental.
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